Un fragmento del nuevo libro de Sofía Balbuena. "La piel sanó sobre la cicatriz anterior sin dejar nuevas marcas. Pero a los 25 años empezó a molestarme otro de los alambres, más abajo, entre las tetas. Esta vez no se dejaba ver desde fuera, no tenía un bulto en el pecho que se exhibiera como una prueba de lo que yo sentía. Era un enigma interior y a la gente le costaba creerme."