{"blocks":[{"key":"8ivcf","text":"MÚSICA","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":6,"style":"color-rgb(226,80,65)"}],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"epfmh","text":"Ascenso, caída y resurrección de Wayne Kramer. El ex guitarrista de los míticos MC5 cuenta una vida que atravesó nudos vitales como un arco narrativo. Entre el free jazz, el rock'n'roll y la vida en una ciudad desaparecida.","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":223,"style":"BOLD"},{"offset":0,"length":223,"style":"fontsize-18"}],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"8d97o","text":"Por Pablo Strozza","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":17,"style":"ITALIC"},{"offset":0,"length":17,"style":"BOLD"},{"offset":0,"length":17,"style":"fontsize-16"}],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"vj6d","text":"_ _ _","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":5,"style":"ITALIC"},{"offset":0,"length":5,"style":"BOLD"},{"offset":0,"length":5,"style":"fontsize-16"}],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"43fq8","text":"","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"85scc","text":"Wayne Kramer – Asuntos peligrosos: drogas, delincuencia, MC5 y mi vida de imposibilidades (Neo Sounds)","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":102,"style":"BOLD"},{"offset":0,"length":102,"style":"fontsize-18"},{"offset":15,"length":87,"style":"ITALIC"}],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"9guug","text":"“Cuando la leyenda se convierte en hecho, imprime la leyenda”. Asuntos peligrosos, la autobiografía de Wayne Kramer, invierte la famosa sentencia que John Ford inmortalizó en The Man Who Shot Liberty Balance. Los hechos narrados por el guitarrista de MC5 son tan excepcionales, tan representativos del ser estadounidense, que sumados en su totalidad se transforman en legendarios. Y ese tono de honestidad a toda prueba es la principal virtud de este libro. Ascenso, caída y resurrección. Los tres ingredientes infaltables en toda historia que se precie de tal, que Kramer respetó a rajatabla a lo largo de su vida. Una vida de película que Hollywood no llevará a la pantalla grande y que, esperemos, ningún cerebro brillante tampoco la transforme en una serie ATP (Apta para Toda Plataforma).","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":2,"style":"fontsize-30"},{"offset":2,"length":791,"style":"fontsize-16"},{"offset":63,"length":18,"style":"ITALIC"},{"offset":175,"length":32,"style":"ITALIC"}],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"2t0ul","text":"Detroit, décadas del 50 y 60. Una madre abnegada que, tras divorciarse de un veterano de la Segunda Guerra Mundial, se puso en pareja con un hombre que abusó sexualmente del pequeño Wayne y su hermana Kathi. Una sociedad que, a su modo, rechazaba el enfrentamiento entre blancos y negros, ya que se había dado cuenta de que el problema eran la policía, los asesinatos que sepultaban al sueño estadounidense (JFK, su hermano Robert, MLK) y la guerra de Vietnam. Y la irrupción de Elvis, del free jazz y de los beats para una juventud deseosa de cambios. De todo esto bebió un Kramer que sumaba aficiones por los robos a menor escala, los hot rods y, claro, una guitarra heredada de su padrastro que poco después cambió por otra mejor. Tras conocer a Fred Smith y a Rob Derminer (luego Rob Tyner) la semilla para MC5 (abreviatura de Motor City Five) ya estaba plantada. “MC5 sonaba a componente de automóvil. Dame un carburador de cuatro cuerpos, una guardabarros trasero, cuatro amortiguadores y un MC5”, dijo Wayne sobre el nombre del grupo que lo llevaría a la fama. Dos oraciones que definen un estilo y una ciudad que no existen más.","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":1136,"style":"fontsize-16"}],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"6i8so","text":"Lou Reed, Ron Asheton, Robert Quine, Fred “Sonic” Smith y Wayne Kramer. E incluso, para salir del ghetto proto punk, Jerry Garcia. Algún día alguien deberá escribir sobre esos guitarristas rockeros de los 60 que tuvieron al free jazz como principal influencia a la hora de encarar la forma de tocar su instrumento y su sonido. Y, dentro del free jazz, los saxofonistas: Albert Ayler, el John Coltrane de A Love Supreme en adelante, Archie Shepp, Pharoah Sanders, Ornette Coleman y Marshall Allen. La verdadera música en libertad se cocinó en estas parejas disparatadas. Y, entre todas esas conexiones, la de MC5 y la Arkestra de Sun Ra como la pionera y la más coherente dentro del delirio que podía ser juntar a un grupo de rock que simpatizaba con la izquierda estadounidense más extremista de la época con una big band jazzera, cuyo líder afirmaba haber nacido en Saturno. Dos extremos de outsiders que se tocaban, gracias a la simpatía de los MC5 con los afroamericanos (es escalofriante el relato de los disturbios del 67 en Detroit por parte de Kramer), y la falta total de prejuicios de los jazzeros a todo nivel. “Starship” sirve como rúbrica eterna, lo mismo que esas fechas donde MC5 teloneó a la Arkestra.","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":1216,"style":"fontsize-16"},{"offset":404,"length":14,"style":"ITALIC"}],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"d8nd5","text":"","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"32u0s","text":" ","type":"atomic","depth":0,"inlineStyleRanges":[],"entityRanges":[{"offset":0,"length":1,"key":0}],"data":{}},{"key":"43sqn","text":"","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"5efs4","text":"Le bastaron tres discos a los MC5 para tener su lugar en la historia del rock and roll. Y, en ese triángulo isósceles, su debut grabado en vivo se ubica en el ángulo superior de la consideración de todos. Kick Out The Jams, o como continuar una trayectoria que ya había arrancado en la tapa de Rolling Stone antes de la salida del álbum con un sermón inmortal que aún hoy asombra por su lucidez. “(…) Hermanos y hermanas, ha llegado el momento de que todos y cada uno de ustedes decidan si van a ser el problema o si van a ser la solución. Así es. Deben elegir, hermanos, deben elegir. Son cinco segundos. Cinco segundos de decisión. Cinco segundos para realizar tu propósito aquí en el planeta. Se necesitan cinco segundos para darse cuenta de que es hora de moverse, que es hora de poner manos a la obra”. La voz del Brother J.C. Crawford como santo y seña de varias generaciones del mismo modo que la intro de “Pantalla del mundo nuevo” de Riff. Y un sonido pionero e inigualado por lo urgente y lo desesperado.","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":1014,"style":"fontsize-16"},{"offset":205,"length":17,"style":"ITALIC"}],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"1bmis","text":"A partir de ese hito, todo fue cuesta abajo para MC5 y para Kramer. La cárcel a John Sinclair por una ínfima posesión de marihuana y el juicio contra los Panteras Blancas (que funcionó como un antecedente del Caso Watergate), los malos entendidos con los Motherfuckers marxistas neoyorquinos (“Estaban fragmentando el movimiento juvenil de un modo mucho más eficaz que la Policía o en FBI”) y el comienzo de las adicciones pesadas hicieron que a los veinticuatro años el guitarrista estuviera en el fondo del océano. El vicio ecuestre hizo que Wayne profundizara su pasado de ratero, con atracos cada vez mayores para financiar la compra de polvo marrón; y que luego directamente se transformase en un vendedor de drogas hecho y derecho. Kramer fue atrapado primero por ladrón y luego por traficante: su reincidencia delictiva hizo que pasara un par de temporadas preso en la cárcel de Lexington, Kentucky.","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":906,"style":"fontsize-16"}],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"c4gk7","text":"En la prisión Wayne conoció al trompetista de jazz Red Rodney, quien supo ser ladero de Charlie Parker como reemplazo de Miles Davis, un hecho que profundizó su amor por el género y cambió su forma de ver la música. Por eso, al recuperar su libertad, y más allá de que los Clash le hubiesen dedicado su “Jail Guitar Doors”, Wayne pensaba que el punk era “decepcionante”. “Me parecía que aquella nueva hornada de músicos estaba recorriendo una senda demasiado trillada. A mis oídos, el punk rock no sonaba musicalmente revolucionario en absoluto”. Más allá de esa opinión, Kramer no tardó en formar parte de los Heartbreakers de Johnny Thunders para luego formar Gang War, ser parte de Was (Not Was) y de engancharse de nuevo a la heroína en el Lower East Side de Nueva York. La música no le daba de comer, y así fue como aprendió el oficio de albañil y techador de casas primero, y luego como ebanista (“Todos los actores, poetas y bajistas que conocía en Nueva York tenían un segundo empleo”).","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":994,"style":"fontsize-16"}],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"5as5b","text":"Mudanzas a Key West, Nashville y Los Angeles; trabajo de obrero; alcoholismo en ascenso para superar la falta de caballo y un encuentro fortuito con la gente de Epitaph Records: Wayne Kramer volvía a la música a recuperar a su modo el tiempo perdido, con Rob Tyner y Fred “Sonic” Smith ya instalados en el otro barrio para siempre. Idas y vueltas con el trago hasta un adiós definitivo, las dignas reuniones de MC5 (primero como DKT / MC5 y luego como MC50), el programa de donación de guitarras para presos Jail Guitar Doors (fundado por Billy Bragg en el Reino Unido) y su paternidad son el final feliz del libro con la historia del Hermano Wayne Kramer. Quizás el único ser humano vivo que puede portar como una medalla para sí mismo de pie y con orgullo, y sin que suene a nada malo, el término “Motherfucker”.","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":814,"style":"fontsize-16"}],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"40u53","text":"","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"6o586","text":"_ _ _","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":5,"style":"fontsize-16"}],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"8fc7t","text":"Pablo Strozza","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":13,"style":"fontsize-12"},{"offset":0,"length":13,"style":"color-rgb(226,80,65)"}],"entityRanges":[],"data":{}},{"key":"d4v2r","text":"Es periodista de rock. Fue editor de Rolling Stone. En la actualidad escribe para Clarín. En Twitter es @pstrozza.","type":"unstyled","depth":0,"inlineStyleRanges":[{"offset":0,"length":114,"style":"fontsize-12"},{"offset":37,"length":13,"style":"ITALIC"},{"offset":82,"length":6,"style":"ITALIC"}],"entityRanges":[],"data":{}}],"entityMap":{"0":{"type":"IMAGE","mutability":"MUTABLE","data":{"src":"https://cdn.feater.me/files/images/274816/187ffba5-8166-4c37-af95-18a828095937.jpg","height":"auto","width":"auto"}}}}